LOS TABERNEROS DE FIESTA

Por primera vez en la historia de Encinasola se ha reunido el gremio de taberneros para celebrar, en amena camaradería, la salida de ferias. Este gremio, que se multiplicó en el trabajo durante los cuatro días feriados, acordó por unanimidad celebrar, el día 30 del pasado septiembre, un banquete, que fue servido en casa del compañero Arturo, por ser el local mas amplio y de mejores condiciones para dicho acto. Los comensales fuimos 21; lamentando la ausencia de dos compañeros por motivos de salud el uno y el otro por encontrarse en la ciudad condal disfrutando de unas bien ganadas vacaciones.
Se empezó a chatear a las once y media de la mañana hasta las tres de la tarde, hora en que se sirvió un suculento menú que la pluma del cronista y poeta local describe a continuación:

Los platos más variados.
El exquisito manjar
de la carne y los pescados,
de la langosta al caviar.

Del cochino, el buen jamón,
la chuleta de ternera,
comprada por Torrejón
y Manolo Faltriquera.

El pollo y el salmonete,
las frituras variadas,
la merluza rebozada,
las legumbres y el chanquete.

Las gambas y el langostino,
el exquisito lenguado
y los mariscos más finos
que en España se han pescado.

Calamares, mejillones,
el rico cordero asado,
las croquetas de riñones
y entremeses variados.

Un verdadero banquete.
Una abastecida mesa
que seleccionó el “Cuartete”,
y Vicente el de la Estellesa,
y todo en un periquete.

Todo por poco dinero
en una selecta carta,
del entremés a la tarta
como para un gran torero.

El arte de la cocina,
la sabiduría y la ciencia,
la paella de Valencia,
mejor que en la Marcelina.

Toda la gastronomía
de los grandes cocineros
comimos en ese día
el gremio de taberneros.

Durante la comida se amenizó con música de un tocadiscos, que contribuyó a que algunos compañeros derrocharan arte y agilidad, bailando el twys y otros bailes de moda.
Todo transcurrió dentro de la mayor armonía, cordialidad y alegría. Se brindó por los marochos ausentes y por el pueblo de Encinasola.
El reportero gráfico local don “Santi” hizo gala de su gran pericia y conocimientos profesionales tirando gran número de placas.

Ecos de Flores núm. 97, de 01 de noviembre de 1963